Damasca
- Luz: prefieren pleno sol para un óptimo crecimiento y desarrollo de frutos. Deben recibir al menos 6 horas de luz solar directa al día. La exposición adecuada al sol promueve la floración y la producción de frutas.
- Suelo: necesitan un suelo bien drenado y fértil. Prefieren suelos sueltos y arenosos que permitan un buen drenaje. Asegúrate de que el suelo tenga una buena cantidad de materia orgánica.
- Riego: riega profundamente la planta, especialmente durante la temporada de crecimiento activo y en los períodos secos. Mantén el suelo ligeramente húmedo, pero evita el encharcamiento, ya que esto puede provocar problemas de pudrición de raíces.
- Temperatura: son resistentes, pueden tolerar una variedad de temperaturas, pero prefieren climas templados. Durante la floración, evita las heladas, ya que pueden dañar las flores y afectar la producción de frutos.
- Poda: realiza podas de formación para establecer una estructura de ramificación sólida y abierta que permita la entrada de luz y aire. Después de la cosecha, puedes realizar podas de mantenimiento para eliminar ramas muertas, enfermas o que se crucen, y mantener la forma deseada del árbol.